¡Qué cuate ¿no?! Pido decenas de disculpas por entrar hasta ahora. De hecho apenas hace un rato he revisado a vuelo de pájaro los blogs de todos Ustedes. Aparte del Radio doy clases en el Colegio de Bachilleres; en el Rosario en Azcapotzalco. Empiezo a tomar un curso llamado Reforma Integral de la Educación Media Superior. El Sistema Nacional de Bachillerato. Debo familiarizarme con conceptos nuevos como las Competencias. Reviso los primeros documentos -apenas esta semana-. Me encuentro con propuestas para elaborar un Plan de Curso y lo primero que me llega al corazón es nuestro nodo, Imaginarios Urbanos. Reconozco la tremenda capacidad de nuestros maestros y siento de golpe el zumbido poco piadoso de la conciencia que reclama mi falta de compromiso -así uno de mis yos se empeñe en lo contrario- para con todos Vosotros. Permítanme sumarme a sus esfuerzos así sea en las postrimerías de nuestras sesiones. Por lo pronto quisiera desgranar un puñadito de ideas:
- Decididamente debo confesar que Imaginarios Urbanos ha cambiado mi vida.
- Me deslumbra la capacidad de nuestros instructores. Creo que nuestra constancia
es la prueba mejor.
- Me seduce la imaginación, la frescura, la disposición y el talento de todos Ustedes.
- Deben atribuir a mi ignorancia, el pasmo y mi inmovilidad durante la mayor parte de las sesiones.
- Confieso que durante estas semanas nuestro nodo ha sido el tema de conversación
favorito con todos mis amigos.
- Pido otra dispensa -en particular a Arturo, aunque traté de hacerlo verbalmente- por
mis desatinos.
- Una dosis importante de mi felicidad durante la primera parte del año proviene de
las delicias de los lunes.
Abrezotes -abrazotes con besotes- marrmmotta
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